jueves, 21 de enero de 2010

3 minutos

El tren se detuvo. Su mirada recorrió el andén de la estación. Parecía buscar algo sin saber qué buscar. De pronto la detuvo en alguien que esperaba en un banco, a no más de unos pocos metros de distancia. Tendría unos 30 años, el cabello castaño, la piel pálida. Estaba leyendo un libro que sostenía entre sus manos. Unas manos largas, delgadas. Extraña casualidad. Aquel libro, casi no podía creérselo, era sin duda alguna su libro favorito. Una novela histórica maravillosa, una de esas lecturas que te acompaña durante semanas. Un libro que siempre llevaba en sus viajes largos y que nunca se cansaba de leer. Un libro que no había olvidado ese día. El mismo libro que tenía entre sus manos, marcando la página con uno de sus dedos.

Algo hizo cambiar el centro de su atención. Sus miradas se cruzaron. Tardó en reaccionar unos segundos. Aquellos ojos color miel estaban mirando. Aparto la mirada. Observó a su alrededor, pero no fue capaz de concentrar su mente. Intentó leer pero no pudo. Aquella mirada... Era una estupidez ¿Por qué iba a seguir mirando? Quiso comprobarlo, giro la cabeza y...allí estaba. Tuvo una extraña sensación, como si algo recorriera su espalda. Se imaginó aquellas manos rodeando su cuerpo. Se estremeció. Aquello comenzaba a ser un juego divertido. O tal vez... un juego peligroso.

Intercambiaron una tímida sonrisa. No hubo palabras pero lo dijeron todo... Y siguieron manteniendo la mirada. Aquella mirada se convirtió en caricia, la caricia en beso y el beso de nuevo en sonrisa. El tiempo se había detenido en un beso largo.

El silbato del tren les saco de aquel sueño. A través del cristal sus vidas se distancian para siempre. Cuanto más se alejaban, mas fuerte era la sensación. Los dos sabían que nunca más se volverían a ver pero ya nadie podía quitarles aquella pequeña historia de amor que duró 3 minutos.

3 comentarios:

  1. Sin duda éste es el que más me ha gustado, sique escribiendo jj, puede que al final no se te de tan mal como creías, ;P un abrazo! VLM

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  2. Son momentos pequeños, pero son una gran historia.

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  3. Gracias, por vuestras generosas palabras. Un abrazo

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