domingo, 29 de marzo de 2015

GRAN VIA. MADRID

Viendo a la gente pasar podría estar horas en esta calle, clásica y dinámica siempre igual y a la vez diferente un cruce de caminos, de vidas; unas que se apagan y otras que comienzan a brillar, muchas inadvertidas que circulan con la misma inercia de cada día, dormidas, pero dispuestas o impuestas a engrasar los engranajes de una de las grandes arterias, de esta ciudad. Como si de un hormiguero se tratara las trabajadoras se mezclan con las más díscolas, un puñado de rezagadas que se niegan a terminar de beberse el fin de semana. Así amanece esta calle, entre música y ruido, nunca en silencio. Yo cansado de esperar un autobús me lanzo al enésimo taxi que me tienta. 

Buenas noches y buenos días, Gran Vía.


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