Sobre sus tacones pisa fuerte y
segura, levantando las calles. En el trabajo sabe que materializar a la
perfección: inteligencia, ambición y convicción, son la clave de su éxito.
Cuando llega a casa, está Él, y
las cosas cambian, baja de sus tacones callando lo que lleva esperando desde
hace 5 años, un giro de 180 grados que nunca acontece, solo se deja intuir tras
cada discusión y posterior portazo…
Había llegado al límite de su paciencia pero
por enésima vez lo aceptará con "carita" de cordero.
¿Era eso lo que ella quería?
Él piensa que con flores, un puñado
de palabras bien preparadas, y esas caricias que desembocaban en la cama el
único terreno en el que si se entendían, se arreglaba todo… Pero no sabe que
pronto esa puerta no se volverá a abrirse, y los tacones retumbaran por todas
partes.
Jo, que triste, pero me gusta mucho. Un saludo :)
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado :)
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