sábado, 25 de septiembre de 2010

Belleza

Era una flor perfecta, capaz de seducir con la sublime colocación de sus hojas, su atractivo color, su embriagador aroma. Tan fascinante resultaba su efecto que nadie se detuvo a pensar que aquella flor también necesitaba agua, y marchitó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario