Busca alguna mirada refugiado en la sombra. Sobrevive recibiendo la caridad, otras el desprecio y más la indiferencia.
Ni el más cálido día, es capaz de templar el gélido espectro de soledad que cada noche, emerge para darle conversación.
Bajo un techo de estrellas y un suelo de miseria, en un hogar de cartón, bebe para olvidar que bebe, viviendo para olvidar.
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